314-SIDAURIO Y LA MIRADA EN EL ESPEJO
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314*-SIDAURIO Y LA MIRADA EN EL ESPEJO
Entonces míreme en el espejo y aquel que me miraba advirtióme con serena y pausada voz:tú,el que miras,el de la mirada de azogue cuida de caer desde la alta silla en que te hallas porque tu vida depende y pende del frágil y labil hilo que te ata al reloj de Sidaurio,el hombre grifo y la desgracia de la ruptura acabará con tus días.
-Tú que así me hablas desde la opuesta dimensión por qué has de turbar mi feliz estado?
Es que acaso no le está permitido al simple mortal regocijarse en el momento? Acaso tú que me miras desde la orilla imposible temes por mi o por tu propia imagen reflejada?
Ningún hilo se romperá mientras impere la felicidad en mi corazón,mientras mi alma tenga poesía enfrente la luna y las estrellas,mientras el gozo circule por mis venas porque estaré,así,protegido por la bondad de los dioses que propician la felicidad..
Las tijeras que escuchan el discurso del hombre en el espejo dicen:sensato y feliz mortal.Nadie podrá arrebatarte la felicidad de la poesía ,ni el extasis contemplativo del cielo iluminado porque los hilos se rompen cuando cesa la felicidad en el corazón.
Halleme entonces en cielo sin nubarrones y dije a mi corazón:continúa tu viaje a lomo de Sidaurio,vete tranquila y lenta alma mía por esos caminos de la incertidumbre,penetra con tu mirada las estancias todas de la creación y no olvides al ave Fugit que controla el tiempo porque todo reloj cumplirá su ciclo.
Entonces míreme de nuevo en el espejo y fue la luz de la idea quien ocupó mi presencia..soy yo? Me pregunté
Por el cielo circulaban los ágiles halcones presagiando cacerías.Quise entonces retornar al suelo para proteger mi imagen de los extraños presagios venidos con el vuelo de las cazadoras.
-Sidaurio,Sidaurio,detente porque han pasado las horas felices y debo allegarme a la protección del suelo.
Mas Sidaurio no escuchaba mi ruego y pedí en mis prisas a los dioses que rompiesen el hilo que a Sidaurio me ataba porque así retornaría a la tierra.
Escuché un siseo metálico de tijeras y cuando quise percatarme que los hilos eran cortados ,caí estrepitosamente de mi silla y desde entonces vengo rodando por los suelos del planeta invocando otra nueva felicidad.