279-EL NIÑO DE MELINDRES
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279-EL NIÑO DE MELINDRES
Me dijo que El Niño de Melindres llegaría en el carricoche de las cinco de la tarde y que vendría acompañado de
su tutora y de un psicólogo que lo atendía por orden expresa del Doctor Rauss.
No quería perderme el conocerle porque era conciente que el famoso niño cuya presencia había sido requerida por dos reyes europeos,por cuatro presidentes y por el último Nobel de física algo tendría de extraordinario.
Me dijeron que no perdiese por nada del mundo el conocerle porque ello me daría pauta sobre lo que supone tener en tierra un extraño ángel que vela por ti ante el divino supremo.Aunque poco lograba comprender sobre las cualidades que acompañan al niño sin embargo sentí curiosidad.
Aquella mañana de lluvia llegó después de una estrellada noche de meteoritos y justamente esta mañana fue la elegida por la tutora para presentar a Jesus de Dios Zarandia ante los veintiocho curiosos entre clérigos,rabinos,imanes y otros líderes espirituales ansiosos de entender al extraordinario niño.Incluso un monje budista venido desde un monasterio tibetano se presentó a última hora porque había sido asistido meses antes por una visión en la cual creyó ver al niño de Melindres indicándole que su vida estaba a su cargo y cuidado.
LA tutora,mujer de perfil sencillo vestía un amplio faldón rojo y portaba en su cabeza una especie de gorro frigio blanco que le confería cierto aspecto de dignidad .Se presentó en la sala dispuesta ,en la casa del pueblo ,con Jesus de Dios Zarandia tomado de su mano.
Cuando vimos entrar a la mujer con El Niño todos sufrimos una extraña sensación que iba desde la admiración al respeto y casi diría al temor,hallándonos ante criatura a quien sin conocerla nos inspiraba admiracion.
La tutora que dijo llamarse Eternila saludó a los asistentes y nos repartió una hojita impresa en a cual se narraba todo lo que el muchacho representaba para la nueva humanidad.
EL Niño que gozaba de mirada transparente la dirigió a cada uno de nosotros y con su franca sonrisa nos produjo un efecto dominó porque todos nos contagiamos con la misma sonrisa del niño y la sala terminó pareciendo el sitio de encuentro entre amigos del alma.
Eternila entonces dijo al niño:Jesus de Dios háblales,háblales!
El Niño,entonces,señaló hacia el cielo con el dedo pulgar y fue el momento en que la sala inició un raro vaivén que sin ser temblor de tierra,desplazaba los objetos que decoraban el lugar y fue,también el momento ,en que las luces eléctricas se apagaron y cuando se escuchó el estruendo de cristales que caían al suelo ,regresó la luz en intermitencias inquietantes y vimos todos con los ojos de la carne al niño de Melindres levitando y dando vueltas sobre sí como si fuese remolino de dimensión bíblica,despidiendo tal caudal de luces multicolores que todos pensamos que habiamos sido conducidos al reino de las ensoñaciones.
EL clerigo rezaba enternecido al Niño Jesus de Melindres y lloraba emocionado recitando jaculatorias que pedían perdón e imploraban favor a quien se había tomado la molestia de manifestarse ante sus mortales ojos.
El iman rezaba fervientemente en nombre del monje Bahira y creyó adivinar en El Niño que levitaba ,el alma del
Mahoma infantil, produciendo en su cuerpo sensaciones tan celestes que pensó que él mismo levitaria.
El rabino,por su parte,inició un juego de palabras que rogaban al niño que le explicase si los ángeles volaban o levitaban y por qué si volaban habrían de levitar y en el ejercicio cabalístico dedujo que El Niño de Melindres podría ser la manifestación del ángel que precede a los 999 más que cuidan a cada israelita.
El budista que se encontraba sentado no reaccionó ante los acontecimientos y simplemente esperó que El Niño hablase tal como se lo ordenó la tutora.
El Niño entonces empezó a hablar en un idioma que era entendido por todos lo cual propició un estremecimiento interior en los oyentes porque reafirmaban hallarse ante el milagro.
EL niño habló ahora de Dios,siempre de Dios,y hasta el día de hoy El Niño de Melindres continúa hablando de Dios en bucles infinitos de palabras,de infinitos razonamientos,de ininteligibles discusiones,de intrincadas filosofías, y parece que nunca parará de hablar porque siendo Dios el Verbo y el Verbo siendo Dios,la palabra goza de contenido infinito y por ello El Niño de Melindres continúa predicando de DIos porque se encuentra atrapado por los siglos de los siglos amen.
Y los hombres de todos los tiempos continúan persistentemente pronunciando el discurso del El Niño de Melindres
y tanto El Niño como sus seguidores,hablan,hablan,y hablan sin llegar a comprender lo que significa Dios.
Y entonces los asistentes en la sala del pueblo quedan confundidos con sus propias irrealidades y dudan si El Niño de Melindres y la palabra Dios simplemente son artificios de sus mentes siempre deseosas de encontrar milagros y en aquella confusión interior declaran que lo visto y escuchado simplemente fue un ejercicio espiritual de ensoñacion.