231-LA PREOCUPACIÓN DE RADIR
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231-LA PREOCUPACIÓN DE RADIR
Aquella mañana de octubre fue especialmente luminosa.Las gentes iban y venían en su diario trajinar,cada cual con sus itinerarios y objetivos.
Pero Radir se levantó sin ánimos porque en la noche le sorprendió una extraña pesadilla en la cual una poderosa ave con cabeza de serpiente se aferraba a su cabeza hincándole las poderosas garras.Cuando quiso explicar la pesadilla encontró que tenía espíritu de profecía porque un mes antes un viejo chamán amazónico que conoció por casualidad en el encuentro de los pueblos indígenas le había dicho que tendría que luchar contra un ave
que se apoderaría de su cerebro y que solo se libraría de ella cuando la olvidase.
Que quiere decir ?-preguntó Radir al chamán preocupado como estaba con un agudo e incesante dolor de cabeza que le venía acompañando desde dos meses atrás .
-simplemente es una ave,la de la preocupación!-explicó someramente el chamán.
La de la preocupación?- y por qué la de la preocupación?-preguntó Radir al tiempo que sentía un extraña aprehensión como si el chamán estuviese dirigiendo su destino o al menos interpretándolo.
Y relacionó al ave aludida por el chamán como la personalización de ese raro dolor que parecía acrecentarse en su cabeza.
Por esto Radir en aquella mañana luminosa de Octubre se sentía sin ánimo,atenazado por el ave que ahora había aparecido tan claramente en su sueño.
Me moriré a causa del dolor que me persigue?-se preguntó inquietando ahora ese mar interior que crecía en oleaje.Que enfermedad estaré incubando? Son esas garras temibles del ave mi dolor?
Y como no quería encontrar afirmación a su temeridad,aquella mañana de octubre decidió envolver su alma en la niebla de la inconsciencia y se fue al salón del opio porque quería olvidarse de aquel amenazante pájaro que le visitó en el sueño y aunque recordaba claramente la solución que había dado el chamán de olvidarse del ave,Radir sabía que aquello no era posible porque las alas del pájaro tomaban dimensión y lo cubrían mientras las afiladas garras penetraban más y más en su cabeza invadiendo ahora el terreno de sus ideas.
Aquel pájaro de pesadilla se lo llevó al campo del olvido.
