108-EL PASEO
1002 dibujos y sus extraños personajes.
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108-EL PASEO
Los tres niños rogamos al unísono a Don Elias que nos diese un paseo en su carrito recién comprado.
Pero Don Elias,el eterno soltero,no quería saber de caprichos infantiles y con un !veremos! despachó nuestra súplica.
Y ahora entre nuestro capricho de subir al carrito dándonos un paseo y ese !veremos! de Don Elias estaba todo configurado,es decir,no estaba cerrada la posibilidad de obtener nuestro deseo y en ello pusimos todo nuestro empeño.
La verdad es que todo se proporcionó de una forma sencilla pues nuestro amigo el sastre Ezequiel era el gran amigo de Don Elias y supimos que éste
debia marchar a la capital a hacer algunas gestiones urgentes relacionadas con su pensión y había encomendado a Ezequiel el cuidado y manejo del carro bajo condiciones extremas de cuídamelo bien,no subas a nadie ,conduce despacio y toda la sarta de recomendaciones que se hacen en estos casos.
Aquel mismo día Ezequiel aprovechó para subir a su mejor amiga,La Bambi,dándole un paseo casi real por las zonas periféricas del pueblo pues no quería ser visto y después, chivatiado ,con su confiado amigo.
Aquel día los tres niños justamente nos hallábamos por aquellas periferias en una de nuestras excursiones buscando peces de colores en una de las quebradas.
En un recodo de la solitaria carretera ,cuando íbamos a cruzarla ,apareció !oh fortuna! el Pichirilo como Don Elias había bautizado su carrito y claro lo conducía Ezequiel portando a la coqueta Bambi.
Cuando nos vio aceleró pensando que tal vez así su figura no sería adivinada.
Nosotros por nuestra parte gritábamos como locos Ezequiel,Ezequiel!
Cuando estuvimos de regreso Ezequiel se presentó para decirnos que ni se ocurriera decirle a Don Elias que llevo acompañante y que si así lo hacíamos nos la veriamos con él.
Nosotros no diremos nada,nada,pero tal vez nos podrías dar un paseito en el Pichirilo.
El hombre no se lo pensó dos veces y nos propuso que a la mañana siguiente nos llevaría de paseo.
Y llegó la mañana y contentos nos subimos al asiento trasero esperando que Ezequiel nos llevase de paseo no sabíamos a donde.
Este con el genio alterado por los nervios al estar violando por segunda vez la recomendación de su amigo de no transportar a nadie nos dijo:los llevaré donde el putas perdió el sombrero,me entienden?
-No ,contestamos a coro y dónde perdió el putas el sombrero,le preguntamos.
-Allí donde van a perder los de ustedes.
Aceleró como alma que lleva el diablo y entonces nosotros empezamos a cantar:dale más rápido,más rápido!
Y ese fue el momento en que la rabia se le subió y con tal mala pata que en ese instante se cruzó un gato y por evitarlo se fue a la cuneta y hundió las latas de medio Pichirilo.
No había forma de sacar al pobre de aquella cuneta y entonces como ya era de noche tuvimos que dejarlo allí a solas con su genio y con su conciencia porque nuestros padres nos esperaban en nuestras casas seguramente muy preocupados.
Así son las cosas!