241-JOSUÉ EL ADIVINO
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241-JOSUÉ EL ADIVINO
Gozaba de la extraña cualidad de adivinar durante los meses del invierno lo malo que sucedería a quienes le consultaban y durante los meses de verano lo bueno.
Acudieron a su pequeño consultorio ubicado en las inmediaciones de las playas de Jaffo en Telaviv tanto nacionales como turistas extranjeros.
Lo curioso de su arte adivinatorio es que durante los meses de invierno se acompañaba de un pajarillo llamado Duda y en verano de un gata negra llamada Certeza..
Sus servicios de adivinanza eran gratuitos y las gentes solían retribuir su trabajo generosamente.
Era notorio que aquellos que asistían a consultar en verano regresaban en invierno porque querían escuchar lo malo que habría de sucederles.Y también era notorio los semblantes preocupados de los consultantes de invierno y los sonrientes de los consultantes de verano.
Se cuenta de una dama,muy encopetada ella,que acudía religiosamente los viernes de verano a la consulta de Josué y lo hacía convencida de que el adivino probablemente no recordaría las predicciones que le hacía entre una y otra semana,mas las predicciones eran las mismas y todas se cumplían.Y cuéntase también que dicha dama que era mujer rica le ofreció matrimonio y Josué aceptó.Abandonó su trabajo adivinatorio despues de predecir a la mujer que el matrimonio sería exitoso entre los dos.
Se marcharon a las Maldivas y pasado un mes Josué le pidió separación porque no se sintió capaz de soportar el mal de trimetilaminuria que padecía su mujer y que hacía que su cuerpo oliese a pescado descompuesto.
La mujer que adivinaba lo que sucedería en su matrimonio ,tranquilamente le dijo:haz tu camino que viajaré sola en el mío.
Josué se sintió turbado porque no había acertado en la adivinación más importante de su propia vida.
